martes, 9 de septiembre de 2008

Estamos de pruebas!!!!



Talaro se levantó lentamente y miró a su alrededor: la cima de la montaña estaba erosionada de manera que su superficie era completamente plana, consiguiendo así una extensión amplia y lisa limitada por una vertiginosa caída. Un copo de nieve se posó en su nariz y se derritió casi al instante. Volvía a nevar en la Cima del Viento.

Sapip lanzó un nuevo ladrillo, Talaro trató de esquivarlo pero sólo consiguió que le golpease en el hombro, con el siguiente no tuvo tanta suerte; mientras se recuperaba del primer impacto, un segundo le alcanzó directamente en la nariz. El cerdito cayó al suelo y sintió su mejilla contra la fría nieve. No podía levantarse. Con la mirada perdida y la vista nublada observó como la nieve que circundaba su nariz se empapaba con la sangre y tomaba un agradable color rosáceo.